Navegando por una dieta baja en grasas: consejos para controlar el síndrome de quilomicronemia familiar

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El síndrome de quilomicronemia familiar (FCS) es un trastorno genético poco común que afecta significativamente la forma en que el cuerpo procesa las grasas. Vivir con FCS significa seguir una dieta muy baja en grasas, lo que suele ser una perspectiva desalentadora. Esto puede hacer que las compras, la planificación de comidas y las reuniones sociales resulten abrumadoras. Pero, si bien requiere vigilancia, controlar el SFC mediante una dieta bien estructurada no se trata de privaciones; se trata de tomar decisiones informadas que le permitan disfrutar de la comida mientras mantiene bajo control los niveles de triglicéridos.

Comprensión de la necesidad de restricción:
La piedra angular del manejo del FCS es limitar drásticamente la ingesta de grasas en la dieta. Las grasas deben representar menos del 15% de tus calorías diarias, un máximo de 20 gramos por día. Esta estricta limitación surge del hecho de que las personas con FCS tienen dificultades para eliminar las grasas (quilomicrones) del torrente sanguíneo, lo que lleva a niveles peligrosamente altos de triglicéridos si las grasas no se controlan cuidadosamente.

Nutrientes esenciales y al mismo tiempo minimizar la grasa:
Evitar grupos enteros de alimentos es una preocupación común cuando se enfrentan restricciones dietéticas severas. Sin embargo, es fundamental recordar que, si bien se debe minimizar la ingesta de grasas, otros nutrientes esenciales necesitan atención constante. Apunte al siguiente desglose diario:

  • Proteína: 10 a 35% de tus calorías totales
  • Carbohidratos: 45 a 60% de tus calorías totales
  • Grasa: Entre el 2 y el 15% de tus calorías totales

Alimentos para priorizar y evitar:

Si bien una dieta baja en grasas puede parecer restrictiva, existen muchas opciones deliciosas y saciantes. A continuación le ofrecemos una guía que le ayudará a tomar decisiones inteligentes:

Alimentos que se deben limitar o evitar:
* Alcohol
* Carnes grasas y pescados
* Pasteles
* Nueces
* Bebidas azucaradas (refrescos, jugos de frutas)
* Panes, tortillas y arroz (incluso variedades integrales)
* Puré de patatas

Alimentos para adoptar:

Las verduras frescas y congeladas sin salsas añadidas son excelentes opciones. Opte por proteínas magras como pollo sin piel, atún enlatado ligero en agua y productos lácteos bajos en grasa. Al elegir carne, seleccione cortes magros sin grasa visible. Recuerda:

“Los ‘evitos’ de la lista pueden parecer abrumadores, pero nuestra experiencia es que estas dietas son sabrosas, ayudan a controlar el peso y pueden mejorar la sensación de bienestar”, dice el Dr. Ross Joseph Simpson Jr., profesor de medicina de la Facultad de Medicina de la UNC que se especializa en trastornos de los lípidos.

Navegando por el supermercado:
Comprar comestibles puede parecer desalentador al principio, pero elaborar estrategias de antemano puede hacerlo menos abrumador:

  • Haga una lista: Cíñete a tu lista y evita las compras impulsivas. Concéntrese en frutas frescas, verduras, cereales integrales, legumbres y fuentes de proteínas magras.
  • Lea las etiquetas con atención: Busque productos etiquetados como “sin grasa” o con el menor contenido de grasa posible. Recuerde que los números de las etiquetas nutricionales a veces se pueden redondear hacia abajo, así que sea precavido.

Salir a cenar con FCS:

Salir a comer no tiene por qué ser un campo minado. A continuación se ofrecen algunos consejos:

  • Comuníquese con su servidor: No se sienta obligado a explicar su condición en detalle; basta con decir “sólo puedo comer una pequeña cantidad de grasa debido a una condición médica”.
  • Revise el menú de antemano: Si es posible, consulte el sitio web del restaurante para ver los menús y las listas de ingredientes para que pueda planificar con anticipación e identificar opciones más seguras.
  • Elija sabiamente: Opte por platos a la parrilla o al horno en lugar de fritos. Prefiera las verduras al vapor a las salsas cremosas, las patatas al horno en lugar de las versiones cargadas, el cóctel de camarones, las sopas a base de caldo (asegúrese de que estén hechas sin grasa añadida) y la fruta fresca de postre.

Días festivos y reuniones sociales:

Las reuniones familiares pueden presentar desafíos únicos. Prepárese con anticipación:

  • Hable con sus seres queridos: Si ve regularmente a familiares o amigos, infórmeles con anticipación sobre sus restricciones dietéticas.
  • Ofrezca traer un plato: Comparta una deliciosa receta compatible con FCS para asegurarse de tener algo seguro y agradable para comer.
  • Establezca límites: Esté preparado para rechazar cortésmente platos que no se ajusten a su dieta. Recuerde que explicar su necesidad médica es todo lo que necesita; no tiene que disculparse ni dar explicaciones excesivas.

Recuerde, gestionar FCS se trata de empoderamiento, no de privación:

Vivir con FCS no significa sacrificar el disfrute y las conexiones sociales. Con planificación, comunicación y un poco de creatividad, puede prosperar con una dieta baja en grasas y al mismo tiempo disfrutar de los placeres culinarios de la vida.