La Asociación Médica Estadounidense (AMA) aprobó recientemente una resolución que insta a los hospitales a ampliar sus opciones alimentarias, específicamente ofreciendo opciones saludables a base de plantas. Esta medida surge como respuesta a la creciente evidencia de que la mala alimentación es ahora la principal causa de muerte a nivel mundial, superando a todos los demás factores de riesgo. A pesar de esto, la educación médica a menudo no logra preparar adecuadamente a los médicos para abordar la nutrición de manera efectiva.
La crisis en la educación médica en nutrición
Una revisión sistémica reveló una brecha inquietante: los estudiantes de medicina que se gradúan carecen de capacitación suficiente en nutrición a pesar de su papel central en la salud. El problema empieza temprano; Las facultades de medicina a menudo dan prioridad a materias como la química orgánica sobre los fundamentos de la salud dietética.
Los estudiantes reciben un promedio de sólo 19 horas de instrucción sobre nutrición de miles de horas de capacitación, e incluso este tiempo limitado no se centra en los problemas más urgentes. Si bien los casos raros de escorbuto o beriberi pueden ser preocupaciones teóricas, los médicos se encontrarán abrumadoramente con pacientes con obesidad, diabetes, hipertensión y enfermedades cardíacas, todas ellas fuertemente influenciadas por la dieta.
Sin embargo, una encuesta encontró que el 95% de los cardiólogos creen que deberían brindar consejos nutricionales básicos, pero menos del 10% se siente adecuadamente equipado para hacerlo. Esta desconexión pone de relieve una falla crítica en la preparación médica.
Por qué el sistema no prioriza la nutrición
La falta de atención a la nutrición no es accidental. Los desincentivos financieros desempeñan un papel importante, ya que hay poca recompensa económica por priorizar la atención dietética preventiva. El resultado es un sistema en el que los estudiantes de medicina a menudo pierden su comprensión inicial de la importancia de la nutrición durante su formación, y algunas escuelas eliminan efectivamente cualquier sentido de su relevancia.
Los programas de residencia a menudo ofrecen educación nutricional mínima o nula, lo que significa que los médicos pueden graduarse sin ningún conocimiento práctico sobre la principal causa de muerte de la humanidad. Incluso cuando las pautas para el tratamiento de enfermedades cardíacas enfatizan los cambios en el estilo de vida, los médicos no están preparados para implementarlos.
Cambios de políticas y soluciones emergentes
Para abordar esto, se están proponiendo cambios de política. La Clínica de Políticas y Derecho Alimentario de la Facultad de Derecho de Harvard ha identificado más de una docena de palancas políticas que podrían utilizarse para mejorar la educación médica en nutrición. Una idea es exigir cursos de nutrición para los médicos que trabajan dentro del sistema de Asuntos de Veteranos (VA) o incluir preguntas sobre nutrición en los exámenes de la junta médica, lo que obligará a las escuelas a priorizar el tema.
La reciente resolución de la AMA es un paso en la dirección correcta y exige a los hospitales que:
- Proporcionar opciones alimentarias diversas y saludables, incluidas comidas de origen vegetal con un número limitado de grasas saturadas y trans, sodio y azúcares añadidos.
- Eliminar de los menús las carnes procesadas.
- Promover bebidas saludables.
Hospitales a la cabeza
California ya ha exigido la disponibilidad de comidas a base de plantas en los hospitales, y varias instituciones, incluidas las de Gainesville (FL), el Bronx, Manhattan, Denver y Tampa (FL), ahora ofrecen menús 100% a base de plantas con materiales educativos para los pacientes.
Estos menús incluyen platos como boloñesa de lentejas, revueltos de coliflor, ragu de champiñones y guiso de frijoles blancos, lo que demuestra que la comida hospitalaria saludable puede ser a la vez nutritiva y atractiva. El éxito de estos programas depende de la defensa de los médicos y de una mayor educación tanto para el personal como para los pacientes.
El cambio hacia la priorización de opciones basadas en plantas en los hospitales representa un reconocimiento cada vez mayor del profundo impacto que tiene la dieta en la salud. Al abordar las fallas sistémicas en la educación médica e implementar cambios de políticas, podemos empoderar a los médicos para que guíen eficazmente a los pacientes hacia un futuro más saludable.