Durante décadas, la terapia hormonal para la menopausia conllevaba una cruda advertencia: una alerta de “recuadro negro” de la Administración de Alimentos y Medicamentos que señalaba riesgos graves. Ahora, la FDA está eliminando esa advertencia de la mayoría de los productos, lo que marca un cambio importante en la política de salud de las mujeres. Este cambio reconoce que los beneficios de la terapia hormonal, cuando se usa adecuadamente, superan los riesgos para muchas mujeres.
La historia del miedo: la iniciativa de salud de la mujer
El actual cambio de política surge de una reevaluación del estudio de la Iniciativa de Salud de la Mujer (WHI) de 2002. El WHI, en el que participaron más de 27.000 mujeres posmenopáusicas, inicialmente vinculó la terapia hormonal con mayores riesgos de cáncer de mama, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y demencia. Los hallazgos provocaron un temor generalizado, lo que provocó una caída del 60-70% en las recetas en unos pocos años.
Sin embargo, el WHI tenía limitaciones. La mayoría de los participantes tenían poco más de 60 años, mucho más allá de la edad típica para comenzar la terapia hormonal. El estudio generalizó los riesgos para todas las mujeres, ignorando el papel crucial del momento oportuno.
Lo que sabemos ahora: los matices del momento y la entrega
Los análisis posteriores revelaron un panorama más complejo. Las mujeres que comenzaron la terapia hormonal dentro de los 10 años posteriores a la menopausia o antes de los 60 años tuvieron tasas más bajas de enfermedad cardíaca y mortalidad general que aquellas que recibieron placebo. Esta “hipótesis del momento” es ahora fundamental para las recomendaciones actuales.
La forma en que se administran las hormonas también importa. El estrógeno transdérmico (parches, geles, aerosoles) parece más seguro que el estrógeno oral, con un menor riesgo de coágulos sanguíneos y derrames cerebrales. La combinación de estrógeno y progestina y la duración de su uso afectan el riesgo de cáncer de mama.
Terapia hormonal: segura y eficaz para el paciente adecuado
La decisión de la FDA no respalda la terapia hormonal para todos. En cambio, reconoce la necesidad de una evaluación individualizada. Para las mujeres de entre 40 y 50 años que experimentan síntomas menopáusicos graves, la terapia hormonal sigue siendo un tratamiento eficaz.
Los enfoques preferidos incluyen estrógeno oral transdérmico o en dosis bajas, combinado con progestágeno para aquellas con útero. El estrógeno vaginal local trata eficazmente la sequedad con una absorción sistémica mínima. La Sociedad Norteamericana de Menopausia confirma que, para las mujeres sanas menores de 60 años, los beneficios suelen superar los riesgos.
Advertencias restantes: lo que necesita saber
Queda una advertencia de recuadro negro: la terapia con estrógenos solos sin progestágenos aumenta el riesgo de cáncer de endometrio en mujeres con un útero intacto. Este riesgo no cambia.
Se aplican otras precauciones. Las mujeres con antecedentes de cáncer de mama, accidente cerebrovascular, trastornos de la coagulación o enfermedad hepática generalmente deben evitar la terapia hormonal sistémica. Las opciones no hormonales, como los ISRS o la gabapentina, pueden ofrecer alivio.
Un cambio hacia la medicina personalizada
La decisión de la FDA refleja una tendencia más amplia en medicina: reconocer que los promedios poblacionales no dictan los resultados individuales. La participante “promedio” de WHI ya había pasado la menopausia, pero los hallazgos influyeron en la atención a las mujeres más jóvenes. Para una mujer de 51 años que acaba de entrar en la menopausia, el equilibrio riesgo-beneficio es diferente.
La atención personalizada de la menopausia significa evaluar cuándo comenzar la terapia, qué formulación usar y cómo administrarla. El estrógeno transdérmico reduce el riesgo de coagulación en comparación con las píldoras, y los regímenes de dosis ultrabajas pueden minimizar los efectos secundarios.
Lo que las mujeres pueden hacer ahora
La menopausia trae síntomas perturbadores que afectan la vida diaria. La decisión de la FDA abre la puerta a una nueva mirada a opciones que alguna vez fueron descartadas por ser demasiado riesgosas.
Hable con un médico de confianza para revisar su historial de salud y sus objetivos. Comenzar la terapia más temprano en la menopausia y usar parches transdérmicos puede reducir los riesgos y aliviar los síntomas. Los exámenes de detección de rutina, incluidas mamografías y controles de colesterol, son esenciales. Las formulaciones aprobadas por la FDA son más confiables que las hormonas compuestas “bioidénticas”.
En conclusión, la revocación de la FDA indica un enfoque más matizado para la atención de la menopausia. La terapia hormonal sigue siendo una opción viable para muchas mujeres, pero la evaluación personalizada es clave. El objetivo es utilizar la dosis efectiva más pequeña, revisar el plan con regularidad y priorizar el bienestar individual.
